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martes, 14 de junio de 2011

Capítulo 5 La lista parte 5

-Ésa- señaló Milton con el dedo índice a una de la lista.
-No tio, si la hacemos no salimos vivos de aquí-argumentó Julián mirando de reojo al negro.
-Estoy de acuerdo, mejor ésta- dijo Víctor apuntando a una línea de la lista mucho más abajo que la previamente señalada.
Tras una larga discusión de 5 borrachos decidimos hacer la 27, a pesar de conocer las consecuencias que acarreaba que nos pillaran. Sin embargo durante el transcurso de la noche, la meta en la cual habíamos quedado se nos olvidó por completo.
No obstante la conciencia de riesgo cambia radicalmente con alcohol recorriendo las venas después de unas copas. Sin embargo esta ''conciencia'' era en vano tras escuchar una frase, una frase que cada vez que sonaba en una conversación de mis amigos y mucho peor delante de amigas traía desastrosas consecuencias. Una frase que cada vez que sale de la boca de alguien se produce un gran silencio y posteriormente suceden cosas que en la minoría de los casos tienen el resultado esperado en un primer momento, esta frase, que ya tendréis curiosidad por conocer es  inconfundible:
-No tienes cojones de quitarte la camisa- dijo Julián en alto retando a Víctor. Acababa de enunciar las palabras mágicas capaces de hacer de un amigo elegante y tranquilo en un borracho sin camisa con aquel viento golpeando la terraza al punto de erizarme los vellos.
-Uuuhh- respondimos el resto al unísono, parecía que toda la fiesta había dejado en aquel instante lo que estaba haciendo y se había unido al coro para desafiar aún más a Víctor.
-¿Qué no tengo cojones? Me sobran- respondió Víctor mientras se desabrochaba los botones de su camisa oscura de rayas.
-Venga vosotros también, no seáis tímidos- dijo Montes uniéndose al recién semidesnudo, y tirando su camisa a la silla.
-Esta gente no nos vuelve a invitar a sus asados- añadí mientras movía mi cabeza de lado a lado con resignación y acto seguido me quitaba la camisa.
-Yo no me la quito por el frío- dijo Julián con rostro de indecisión, se había echado atrás.
-Julián es un marica- gritó Milton para que todos lo escucharan y al mismo tiempo la demás gente notase que nos faltaba la mitad de la ropa.
Tras repetir numerosas veces la frase ''Julián no tiene cojones'' éste accedió como cabía esperar y más aún con las chicas de la terraza expectantes. Sin embargo lo que parecía iba a ser una noche prometedora acabo siendo una huida por la puerta de atrás. Julián se pasó de la raya con la novia de otro chaval de allí, todo gracias a la famosa frase: ''no tienes cojones'' ya no nos extrañaba de él, siempre bailando con la chica equivocada en el momento equivocado. Acudió a nosotros y por supuesto nosotros a defenderlo. Aquel día no estaba Javi, no obstante la tardanza de Edgar fue más que oportuna ya que nos permitió salir de allí en su coche y con su escolta frente a lo que pudo ser una paliza, no hacía falta ser experto en matemáticas para saber que 20 pueden con 5, a pesar de tener a un negro cubano en nuestras filas.
Éste había llegado a la fiesta y se había encontrado con 5 borrachos (unos más que otros) sin camisa, alguno que otro sin pantalones, siendo separado de un grupo que quería partirles la cara. En un primer momento quiso meterse a la pelea pero también hizo la cuenta y optamos por salir más rápido que Forrest Gump en los San Fermines. Y así fue, nos quedaba en la lista la de meternos en una gran pelea y salir vivos claro.
Faltaba Edgar por quitarse la camisa así que para estar todos en el mismo tono se la quitó el resto del trayecto.
-¿Vamos todos a mi casa no?- sugirió Montes con camisa en mano.
-Sí, hay que reposar para poder deshacernos de alguna de la lista mañana- dijo Julián haciendo que Edgar cambiara el rumbo.
Llegamos como pudimos y tras varias peticiones rechazadas de otra gente conocida y consumir dos estantes enteros de cerveza de la nevera acabamos durmiendo en el sillón y Montes el único en una cama.
-Todavía nos queda mañana- fue lo último que añadí antes de quedarme profundamente dormido en la peor posición para mi espalda.

sábado, 4 de junio de 2011

Capítulo 5 La lista parte 4

Semanas de espera para aquel instante y lo único que ansiaba era una siesta de esas que te levantas y crees que han pasado días. Era lo justo para mi cuerpo dado que no lo dejaría descansar en las futuras 48 horas, (o eso creía yo). 
8 de la tarde, abro los ojos y me encuentro tumbado en la misma posición de hacía cuatro horas casi con la mochila puesta y Ulysses acurrucado a mi lado.  
-Joder- me dije en voz baja tras mi intento fallido de incorporarme.
La contractura de mi espalda acababa de crujir como madera vieja. Ducha, maleta y un taxi. 10 minutos después estábamos comprando suficientes cervezas para llenar la nevera, y 10 minutos después de meterlas en ella estábamos de nuevo en el supermercado, ésta vez a por comida, ya que nuestra dieta esas 48 horas era a base cervezas. 
-Mete esto ahí abajo Goncho- me dijo Julián mientras me pasaba las bolsas de patatas.
En el instante que me agaché mi espalda terminó de joderse, pero preferí callármelo para no desanimar al personal.
-Bueno chavales, ¿nos vamos al asado no?- dijo Víctor frotándose las manos, imagino que por la satisfacción de comer gratis y además de ello en una terraza ajena.
10 minutos después nos encontrábamos en la puerta del edificio peleándonos para pagar el taxi y pasados otros 10 le estábamos quitando los cigarrillos de las manos a Víctor que se había propuesto dejar de fumar y estaba en nuestra lista de cosas que hacer. 
''Que Víctor deje de fumar''
-Déjale que fume si quiere- le dijo Milton a Montes mientras se encendía uno en las narices de Víctor con la única intención de incitarlo aún más.
Y comienza de nuevo el reggaeton, no obstante pasadas 3 cervezas y una chica con ganas de bailar acaba siendo tu música favorita mientras te dura el efecto. Sin embargo si tomaba algo más que cerveza esos efectos se volvían secundarios haciéndome cantar fervorosamente cada una de ellas. Escuchar ''La Mega'' a las 6 de la mañana tenía que tener alguna mísera ventaja y en mi caso era sabérmelas todas de arriba a abajo, pero nada comparado con lo de Julián el cual se volvía el alma de la fiesta con dos aguardientes adentro. Víctor no necesitaba un trago, su forma de moverse era una improvisada mezcla entre caminar descalzo en un suelo en llamas y matar moscas con las manos. Sin embargo lo de bailar nunca fue ningún obstáculo entre mi amigo y las mujeres, él siempre lanzado como una bala.
¿Qué solía ocurrir? Rechazo en la mayoría de los casos variando la intensidad de la ostia recibida. 
-Alguna tendrá que caer, es estadística- repitió cuando se sentó a mi lado tras recibir una cachetada en la cara por manosear a una chica mientras bailaban. 
-Ten cuidado, haber si lo que va a caer va a ser otra ostia- le respondí a carcajadas mientras no tomábamos en las sillas de la terraza la enésima cerveza. 
Había perdido la cuenta, llevaba un rato ahí descansando, ya que después de un par de canciones mi reúma me estaba matando. Eso y el reggaeton eran mi inyección letal. Me entretenía viendo bailar y hablar a Montes con las chicas que acabábamos de conocer, me reía en solitario cuando miraba las caras de asombro e ingenuidad de las recién conocidas ante las historias que estaría contando éste. En ese punto de la fiesta mi colega Montes le había dicho a la mitad de las mujeres en esa terraza que era estudiante de derecho de la complutense, nuestra estrategia de los viernes por la noche.
Mientras tanto Julián estaba con Milton y unas chicas:
-Vamos negro, enséñales quien es Buzz Lightyear- dijo Julián señalando al cubano. 
Éste tenía un extraño don de sacar los omoplatos hasta asemejar un par de alas, lo cual impresionaba bastante la primera vez que lo veías, nosotros estábamos hartos del mismo truco.
Al parecer esas eran las 2 estrategias de aquella noche, universitarios españoles y buzz lightyear, además de ello teníamos una lista de frases para darle realismo al personaje o para rematar la faena. Frases que más adelante comentaré, era gracioso pero todos teníamos una.
-Si alguien pregunta somos todos de la facultad de derecho, no se os ocurra decir que somos estudiantes- nos recordó Montes a la vez que se sentaba y le quitaba la cerveza a Víctor de la mano.
-Eso no hace falta mencionarlo tío- dijo Julián mientras tomaba otra silla y la colocaba frente a nosotros
-Bueno que, ¿no íbamos a hacer algo de la lista?- dijo Víctor dando un par de palmaditas. 
-Sí, pero llamemos al negro primero- añadió Montes.
-Aquí estoy, viejo- dijo Milton tras dejar una pobre chica bailando más sola que la una.
-Veamos cual- respondí mientras sacaba de mi bolsillo la lista.